Nuestra agrupación adhiere a la Corriente Nacional de la Militancia Política y Social

domingo, 28 de noviembre de 2010

Generación épica

          “En el mundo ha de haber cierta cantidad de decoro, como ha de haber cierta cantidad de luz. Cuando hay muchos hombres sin decoro, hay siempre otros que tienen en sí el decoro de muchos hombres. Esos son los que se rebelan con fuerza terrible contra los que les roban a los pueblos su libertad, que es robarles a los hombres su decoro. En esos hombres van miles de hombres, va un pueblo entero, va la dignidad humana. Esos hombres son sagrados.” José Martí, “La Edad de Oro”.
Hasta el 26 de octubre del 2010, la juventud era apática, apolítica, no tenía proyectos, era banal, consumista, descontrolada, drogadicta o delincuencial, según el caso. ¿Qué pasó para que esa idea instalada en el sentido común desde hace décadas, se desvaneciera en apenas unas horas? Pasó Néstor Kirchner. El coraje y la voluntad política de un titán que conmovió la Argentina con una revolución política, económica, social y –fundamentalmente– cultural. Como lo anunciara él mismo, el 25 de mayo de 2003: “Por mandato popular, por comprensión histórica y por decisión política, esta es la oportunidad de la transformación, del cambio cultural y moral que demanda la hora. Cambio es el nombre del futuro”.
La explosión de participación que la noticia de su paso a la inmortalidad provocó en miles y miles de pibes y pibas, sólo se puede explicar por esa voluntad de cambio que no reparó en enfrentar a ningún poder corporativo para devolverle al pueblo la autoestima, a la política su sentido y a los jóvenes la posibilidad de proyectar el futuro. Allí radica la Revolución Cultural que hoy vive nuestra Patria y que eclosionó de manera indiscutible en esa Plaza de Mayo cargada de amor y juventud.
Nada es de un día para el otro y esa eclosión tuvo que ver con una decisión política que estuvo enfocada, desde hace tiempo, a encontrar la nueva generación que pudiera tomar la posta para profundizar un proyecto que no tiene por objetivo el corto plazo, sino la realización definitiva de aquellas materias pendientes para todo Pueblo y toda Nación con las que nos encontró el Bicentenario.
La liberación definitiva de la Patria y la realización de la felicidad de nuestro Pueblo requieren de una generación que consolide, por décadas, los conceptos que ese hombre consecuente y excepcional puso en la agenda de los tiempos aquel 25 de mayo del 2003. Por eso no hubo ninguna casualidad en la aparición de esos jóvenes, fue la respuesta al llamado de un líder que nos devolvió los sueños y que hoy nos deja bajo la conducción invicta de la Presidenta Coraje.
Nada de esto fue sorpresivo. Quienes formamos parte de la militancia ya veníamos observando ese incremento en la participación juvenil y una identificación cada vez mayor con el proyecto iniciado en el 2003. Año a año, a medida que se profundizaba la pelea con las corporaciones y la defensa de los intereses nacionales y populares, una nueva camada de jóvenes se sumaba.
Los actos, actividades y demás reuniones que antes no superaban las pocas decenas de compañeros, comenzaron a trepar a centenares, a miles. La mística y la épica reaparecieron, la Marcha se volvió a cantar de corazón como el himno de la justicia social que siempre fue y el Himno Nacional lo volvimos a cantar a capela, con la emoción de ser parte de las epopeyas más grandes de nuestra historia.
Ese gladiador, ese batallador que enfrentó lo imposible, con su épica nos fue despertando y contagiando. En cada uno de esos jóvenes que lo despidieron, en esta patria que se ha levantado con dignidad, está él, porque los jóvenes han heredado su mejor legado, la comprensión de que las victorias nunca se construyen sobre la derrota del Pueblo y de la Nación. Una nueva generación nació a la política en el correr de estos años. Una generación que incluye desde secundarios hasta profesionales, trabajadores, militantes sociales, de la cultura, de la comunicación, de distintos sectores sociales, en todas las provincias, pero todos bajo un mismo signo, el de profundizar el proyecto iniciado en el 2003, el legado de Néstor, el presente de la Patria y de Cristina y el futuro de un país más justo, libre y soberano.
POR ANDRÉS "CUERVO" LARROQUE – Subsecretario para la Reforma Institucional y Fortalecimiento de la Democracia. Secretario General de La Cámpora
Fuente: Revista VEINTITRES

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